Nuevos comienzos: descubriendo el propósito singular de las hijas e hijos
El inicio de un nuevo año es una oportunidad maravillosa para detenernos, escuchar nuestro corazón y soñar en familia. Este momento de reflexión conjunta nos permite compartir esperanzas y anhelos que nos inspiran y nos unen, tanto a grandes como a pequeños. Al incluir a las niñas y los niños en este proceso, les brindamos un espacio donde se sienten valorados, queridos y acompañados en su camino de realización personal.
¿Por qué es importante reflexionar en familia?
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En la Crianza con Ternura, no buscamos gerenciar la vida de nuestras hijas e hijos, sino caminar junto a ellos, asegurándonos de que sepan que cada uno tiene una contribución única y especial que ofrecer, para el bienestar de su familia y su comunidad. El inicio de un nuevo año es un momento propicio para reflexionar sobre estas ideas profundas que también habitan en el corazón de nuestros niños y niñas. Ellos, desde su propia sensibilidad, ya sueñan con maneras de contribuir, aprender y crecer, aunque estas intenciones se manifiesten en formas sencillas y espontáneas.
Desde edades tempranas, a partir de los 4 o 5 años, los niños comienzan a explorar y expresar lo que les hace felices y lo que desean aprender o experimentar. Con diálogo y ternura, podemos acompañarlos en el descubrimiento de sus sueños y propósitos, respetando siempre su ritmo y celebrando su esfuerzo y creatividad, más allá de los resultados.
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¿Cómo podemos acompañar con amor a las niñas y los niños en la aventura de soñar, descubrir y explorar su propósito único en la vida?
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Crea un ambiente de reflexión
Antes de hablar sobre propósitos o sueños, es importante ofrecer un espacio tranquilo y cálido para que las niñas y niños reflexionen sobre el año anterior. Este momento les permite conectar con sus experiencias y explorar lo que han vivido desde su propia perspectiva. Inicia la conversación con preguntas abiertas que les inviten a recordar y compartir sus emociones y aprendizajes. Algunas ideas de preguntas son:
- ¿Qué fue lo que más te gustó del año pasado?
- ¿Qué descubriste o aprendiste durante el año?
- ¿Si pudieras cambiar algo del año pasado, qué sería?
- ¿Qué cosas nuevas te gustaría explorar o experimentar este año?
Estas preguntas promueven la autoexploración y les ayudan a reconocer sus vivencias, conectándose con lo que les inspira y les emociona, siempre desde la sensibilidad y el acompañamiento respetuoso.
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2. Habla desde el Corazón y conecta con sus emociones
En lugar de enfocarte en metas, habla de sueños y propósitos de una manera sencilla y cercana:
"Un sueño o propósito es algo especial que llevamos en el corazón, algo que nos emociona descubrir, aprender o compartir. Cuando exploramos estos sueños y damos pasos hacia ellos, sentimos alegría, porque nos conectamos con lo que realmente nos importa y con lo que queremos aportar al mundo."
Al expresar esto con ternura, ayudas a las niñas y los niños a conectar con sus emociones y a valorar el proceso de descubrir lo que les llena de sentido, sin imponer expectativas, sino acompañándolos con amor y sensibilidad.
3. Relaciona los sueños con experiencias positivas
Ayuda a las niñas y los niños a comprender el valor del esfuerzo y el disfrute del proceso recordando momentos en los que vivieron algo significativo:
"¿Recuerdas cuando aprendiste a amarrarte los zapatos? Practicaste muchas veces, y aunque al principio no era fácil, lo lograste con tu dedicación. Fue un momento especial porque descubriste algo nuevo y te sentiste orgulloso de ti mismo."
Este enfoque resalta el camino recorrido y las emociones asociadas, ayudándoles a apreciar sus experiencias y a conectar con sus sueños y propósitos desde la alegría y el reconocimiento.
- Crea un collage de contribuciones especiales
Invita a las niñas y los niños a crear un collage que refleje su contribución especial a la familia y la comunidad. Usen materiales como cartulina, recortes de revistas, dibujos o fotografías para representar lo que cada uno siente que puede aportar desde su corazón y creatividad.
Pueden incluir categorías como:
- Cómo cuido a mi familia
- Cómo ayudo a mis amigos o vecinos
- Lo que me gustaría compartir con mi comunidad
Este collage será un recordatorio visual de su valor único y de cómo sus pequeños gestos pueden marcar una diferencia en el mundo que les rodea. Además, refuerza su sentido de pertenencia y propósito, conectándolos con la importancia de construir juntos desde el amor y la ternura.
5. Prioriza el acompañamiento y el camino
Recuerda que lo más valioso no es alcanzar un objetivo, sino disfrutar del camino, aprender de cada experiencia y sentirse acompañado en el proceso. Refuerza este mensaje transmitiendo ternura y apoyo:
"Lo más hermoso de soñar o tener un propósito es que nunca estás solo. Siempre habrá alguien que te quiera ayudar y animar, como mamá, papá o tus amigos. Si alguna vez sientes que algo es difícil o que tropiezas en el camino, no te preocupes. Esos momentos nos enseñan muchas cosas importantes y nos ayudan a crecer como niñas y niños. Podemos intentarlo juntos, paso a paso, con amor y paciencia."
Este enfoque no solo resalta la importancia del vínculo y el acompañamiento, sino que también enseña a ver los tropiezos como oportunidades para aprender y fortalecerse, celebrando el proceso de crecimiento en lugar del resultado final.
6. Refuerza el Valor del esfuerzo y la Confianza en sí mismos
Celebra los pequeños pasos y avances con frases que refuercen su confianza y valor personal, promoviendo el amor por sí mismos y su perseverancia. Algunas ideas son:
- "Me encanta ver cómo te animas a probar cosas nuevas. Estoy muy orgulloso de tu esfuerzo."
- "Lo más importante es hacerlo con cariño y disfrutarlo. Si hoy no sale como esperabas, mañana podemos intentarlo juntos otra vez."
Estas palabras, llenas de ternura, no solo fortalecen su autoestima, sino que también les ayudan a valorar el proceso y a comprender que el amor propio crece en cada intento, independientemente del resultado.
7. Establezcan tiempo para aprender de la vida
El acompañamiento es fundamental para mantener el enfoque en la crianza con ternura. Dedicar momentos específicos para reflexionar sobre lo que se está aprendiendo desde la vida y para la vida permite integrar experiencias y aprendizajes significativos.
La meta no es un fin en sí mismo, sino acompañar a hijas e hijos en su realización personal. La Crianza con Ternura no busca controlar ni administrar sus vidas, sino caminar junto a ellos con sensibilidad y solidaridad, apoyándolos en la búsqueda de sus sueños y ayudándolos a descubrir su razón y propósito únicos en la vida. Este enfoque fomenta una relación basada en el respeto, la confianza y el cuidado mutuo, fortaleciendo su capacidad para construir un camino propio.
8. Comparte desde el Ejemplo
Las niñas y niños aprenden mucho a través de las vivencias compartidas con los adultos que les acompañan. Cuando compartes tus propios sueños, metas y el propósito que guía tu vida, les ofreces una invitación para reflexionar sobre los suyos. Hablar con ternura y sinceridad sobre tus esfuerzos y aprendizajes les muestra el valor de la dedicación y la posibilidad de superar desafíos, sin imponer expectativas. Más que ser un modelo, es una oportunidad de construir juntos un camino de esperanza, confianza y sensibilidad mutua, fortaleciéndose como familia.
9. Celebra los Pasos en el Camino
En la Crianza con Ternura, lo más importante no son los logros en sí mismos, sino el camino que hijas e hijos recorren y la persona que van construyendo en ese proceso. Cada pequeño paso, esfuerzo y aprendizaje es motivo para reconocer y valorar. Celebrar no solo refuerza la autoestima, sino que también les invita a disfrutar del presente y a sentirse acompañados en su recorrido. Estos momentos pueden ser tan simples como un abrazo, una palabra de aliento o una actividad especial en familia, siempre enfocados en el amor y la conexión, más que en el resultado.
Reflexión Final
Cada niña y niño tiene un propósito de vida único y singular, un camino que solo ellos pueden recorrer. Como madres, padres y cuidadores, tenemos la oportunidad de acompañarlos con ternura en ese proceso de descubrimiento, respetando su individualidad y permitiéndoles florecer a su propio ritmo.
El inicio de un nuevo año es una hermosa invitación para reflexionar juntos sobre lo que hemos aprendido y sobre lo que podemos seguir explorando en su propósito de vida. Cada etapa trae consigo nuevas revelaciones, nuevas posibilidades y una oportunidad renovada de acompañarlos con amor, sensibilidad y solidaridad.
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Recordemos que la crianza con ternura no se trata de moldear ni dirigir, sino de caminar junto a ellos, atentos a las maravillas que nos revelan sobre quiénes son y quiénes están destinados a ser. ¡Cada año es una aventura única en este hermoso camino compartido!