Escrito por: Simea Meldrum | Pastora de la Iglesia Família 61 en Brasil

 


 

La niñez es un período crucial en el desarrollo humano, marcado por una constante necesidad de amor, protección y afecto. En este contexto, es fundamental que nuestras comunidades sean acogedoras y les proporcionen un hogar de ternura. Cuando los niños están rodeados de cuidado y afecto, es más probable que crezcan sanos, seguros y capaces de establecer relaciones interpersonales positivas a lo largo de la vida. Para asegurar esto, necesitamos seguir algunos pasos básicos:

 

  • Promover la conciencia y educación

El primer paso para convertirse en una comunidad de ternura es promover la conciencia sobre la importancia del cariño y el cuidado en la infancia. Esto incluye brindar información a familias, educadores y miembros de la comunidad sobre los impactos positivos que la ternura puede tener en el desarrollo infantil.

  • Apoyar a la familia

La familia es el primer y más significativo ámbito de afecto para el niño. Por lo tanto, es fundamental que la comunidad apoye a los padres y tutores. Ofrecer orientación y programación familiar, grupos de apoyo y acceso a recursos puede ayudar a fortalecer los lazos familiares y la capacidad de los padres para crear un entorno amoroso para sus hijos.

  • Espacios de convivencia

Promover espacios públicos acogedores y seguros es una forma de brindar ternura a la niñez. Los parques, plazas y zonas de ocio deben diseñarse de manera que animen el juego y las interacciones saludables entre niños, padres y cuidadores. En las iglesias no debería ser diferente. La belleza y funcionalidad de estos espacios pueden fomentar un sentido de pertenencia y felicidad en los niños y sus familias.

  • Fomenta la empatía y la compasión

La ternura se manifiesta a través de empatía y compasión. Por lo tanto, es importante fomentar estas cualidades en las interacciones cotidianas. Como comunidad, tenemos que actuar de esta manera en todo lo que hacemos, especialmente en el contacto con niños. Necesitamos ser capaces de dialogar y ejercer habilidades sociales como la resolución pacífica de conflictos y la valoración de la diversidad. Esto puede contribuir para el entrenamiento de individuos más empáticos y compasivos.

  • El papel de las iglesias

Las iglesias juegan un papel fundamental en la promoción de una comunidad de ternura. Los líderes y miembros religiosos deben estar empoderados para crear un entorno solidario y estimulante, donde los niños se sientan seguros para expresar sus emociones e ideas. Además, es importante integrar las habilidades socioemocionales en las actividades en que ellos se ingresan.

  • Combatir la violencia y el abandono infantil

Una comunidad de ternura debe combatir activamente cualquier forma de violencia o abandono infantil. Esto incluye denunciar casos sospechosos, ofrecer apoyo a las víctimas y crear conciencia sobre la importancia de proteger a los niños de cualquier tipo de abuso.

 

Convertirse en una comunidad de ternura para la niñez requier esfuerzos colaborativos y continuos por parte de todos los miembros de la comunidad. Solo así podremos crear un entorno propicio para el desarrollo sano y feliz de los niños. Juntos, podemos construir un futuro más tierno y amoroso para las siguientes generaciones, pero eso depende de nosotros ahora.