ECOTERNURA: niñez, naturaleza y el vínculo espiritual con la creación

 

¿Qué sucede cuando el cuidado por la naturaleza se convierte en algo más que una tarea, en algo más que una obligación para salvar el planeta? ¿Qué ocurre cuando se transforma en un lazo profundo, arraigado en el amor y el asombro? Esto es ECOTERNURA: un compromiso sagrado que emana del corazón, que se nutre en la niñez, en ese período donde la conexión con el mundo natural es auténtica y estimulante.

 

La ECOTERNURA es más que actos de cuidado de la naturaleza: sembrar árboles, reciclar o no contaminar los ríos ni el mar. Porque implica un compromiso que brota de un vínculo de amor por lo que se cuida. En el corazón de esta relación se encuentra la niñez, un período de asombro y maravilla que conecta a niñas y niños de manera especial con el mundo natural que los rodea. Es un momento vital para cultivar un vínculo profundo y amoroso con la creación, reconociendo su belleza, fragilidad, diversidad y su valor intrínseco como obra divina.

 

Dios el Señor tomó al hombre y lo puso en el jardín del Edén para que lo cultivara y lo cuidara. Génesis 2:15 (NVI)

 

Desde una perspectiva teológica, la naturaleza no es simplemente un recurso para ser explotado, sino un don sagrado que debe ser honrado y protegido. Como cristianos, creemos que Dios nos ha confiado la tierra como un jardín para cuidar y cultivar, no como un dominio para ser explotado. Esta visión nos llama a adoptar un enfoque de cuidado amoroso y recíproco hacia la naturaleza, reconociendo nuestra interdependencia con todas las formas de vida y nuestro papel como mayordomos responsables de la creación.

 

Manténganse alerta; permanezcan firmes en la fe; sean valientes y fuertes. Hagan todo con amor. 1 Corintios 16:13-14

 

Lectura recomendada: la importancia del cuidado de la creación


La relación de cuidados entre la niñez y la naturaleza es una danza de reciprocidad y amor, donde ambos actúan como cuidadores y protegidos. La naturaleza, como una madre amorosa, ofrece un sinfín de recursos y enseñanzas que nutren y protegen a las niñas y niños. Desde la sombra refrescante de un árbol en un día caluroso hasta el alivio terapeutico de un baño en un río cristalino, la naturaleza brinda consuelo y bienestar a la niñez. Además, actúa como maestra, enseñando lecciones valiosas sobre la importancia de la diversidad, la paciencia y la conexión con nuestro entorno. Por otro lado, la niñez también desempeña un papel crucial en el cuidado de la naturaleza.

 

A través de su curiosidad, las niñas y niños se convierten en guardianes de la tierra, plantando semillas de esperanza y conservación en cada juego en el bosque o cada exploración en la playa. Su experiencia de amor incondicional por la naturaleza les impulsa a defenderla de amenazas como la contaminación y la destrucción del hábitat. En esta relación de cuidados mutuos, la niñez y la naturaleza se apoyan y fortalecen recíprocamente, creando un vínculo de amor y protección que perdura a lo largo del tiempo: ECOTERNURA.

 

Sin embargo, reconocemos que no todas las niñas y niños tienen igual acceso a la naturaleza ni la oportunidad de desarrollar este vínculo sagrado con la creación. Las desigualdades socioeconómicas y ambientales a menudo limitan el acceso de las niñas y niños a entornos naturales seguros y saludables, privándolos de la experiencia transformadora de conectarse con la creación de Dios. Esto no solo es una injusticia social, sino también una pérdida espiritual, ya que priva a las niñas y niños de experimentar la presencia de Dios en la creación.

 

Los resultados de la encuesta "Encuentro con el corazón: Espiritualidad y Salud Mental de la Niñez", realizada por World Vision en el 2023, son reveladores y preocupantes. Con la participación de 4,201 niñas, niños y adolescentes de comunidades vulnerables en 12 países de América Latina y El Caribe, se ha puesto de manifiesto una desconexión significativa entre la niñez y la creación de Dios.

Solo un 11% de los participantes informaron sentir una conexión espiritual con Dios a través de la naturaleza, mientras que apenas un 2% mencionó que la naturaleza les brinda contención emocional. Estas cifras ponen de relieve la importancia de promover un vínculo más profundo entre la niñez y la creación.

 

Por otro lado, solo un 16% de las niñas y niños encuestados considera que la naturaleza puede ayudarles a conectarse consigo mismos, y únicamente un 11% la ve como una fuente de inspiración para resolver los problemas cotidianos que enfrentan. Estos datos subrayan el impacto espiritual, emocional y mental que enfrentan aquellos niños y niñas que carecen de acceso u oportunidades para cultivar una relación amorosa y recíproca con la creación.

 

Ante la voz de la niñez, es fundamental que como sociedad y como comunidad cristiana nos comprometamos a abordar estas desigualdades y crear oportunidades para que todas las niñas y niños puedan experimentar la ECOTERNURA. Esto implica la organización social y política de las niñas, niños y adolescentes para reivindicar su derecho a espacios verdes accesibles en todas las comunidades, y a programas educativos y recreativos que fomenten el amor, el cuidado y la justicia ecológica desde una edad temprana. Significa también generar oportunidades de formación espiritual y teológica de las niñas y niños sobre la conexión espiritual con la naturaleza y con la belleza y la biodiversidad de la creación de Dios.

 

570 niñas y niños del pueblo Yanomami murieron entre el 2019 y el 2023 a causa de la desnutrición consecuencia de la contaminación de las aguas y destrucción de los bosques por la minería ilegal[1].

 

La ECOTERNURA es también una voz profética de denuncia y anuncio. La relación de amor que la niñez cultiva con la creación no solo les conecta con la belleza, diversidad y fragilidad del mundo natural, sino que también les inspira a actuar en amor y justicia. Este vínculo profundo es la fuerza que les impulsa a comprometerse social y políticamente, pues reconocen que el cuidado de la naturaleza está intrínsecamente ligado a la salud integral de la niñez y sus comunidades y al legado de cuidado entregado por Dios a la humanidad. Es esta acción de amor y justicia la que lleva a niñas y niños a defender los derechos de quienes son afectados por la degradación ambiental, a abogar por políticas que protejan la naturaleza y a construir un futuro sostenible y justo para todas las formas de vida en el planeta.

 

Observen el derecho y practiquen la justicia,
porque mi salvación está por llegar; mi justicia va a manifestarse. Isaías 56.1

 

También puedes leer: Una experiencia del cuidado de la creación

 

La ECOTERNURA es más que una relación individual con la naturaleza; es un llamado a la acción colectiva para proteger y preservar la creación de Dios para las generaciones futuras. Llama a niñas, niños y adolescentes a construir juntos como una comunidad global, en solidaridad con los más vulnerables y marginados, para enfrentar los desafíos ambientales y promover un futuro más justo, solidario y sostenible para toda humanidad.

 

En última instancia, la ECOTERNURA nos recuerda que nuestra relación con la creación es un reflejo de nuestra relación con Dios. Al cuidar amorosamente de la tierra y todas sus criaturas, demostramos nuestra gratitud por los dones que hemos recibido y vivimos en armonía con el plan divino para la creación. Que podamos abrazar este llamado con alegría y determinación, sabiendo que, en el cuidado de la tierra, también cuidamos la obra de Dios.

 

Escrito por: Anna Christine Grellert MD MPH. Asesora Regional de Niñez en Desarrollo para World Vision América Latina y el Caribe.

 


 

[1] "Es una situación catastrófica": la alerta de un médico que fue a atender a los yanomamis en la selva de Brasil. André Biernath. BBC News Brasil. https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-64390073