Del miedo a la ternura
Por Sisa Morales
Psicóloga especializada en Salud Mental Comunitaria
Responsable del programa La Voz de mi Corazón - CSMC Musuq Rickchay, Ayacucho
La experiencia de la implementación de la metodología Bálsamo de Ternura en los Centros de Salud Mental Comunitaria del departamento de Ayacucho
Entre 1980 y 2000, Ayacucho, al igual que otros pueblos de los Andes, sufrió las devastadoras consecuencias de la violencia política desatada por el conflicto armado interno entre Sendero Luminoso y las fuerzas del Estado. Este periodo dejó una profunda huella en los más vulnerables, marcando generaciones con miedo, dolor y la fractura del tejido social y comunitario.
Cientos de familias padecieron pérdidas traumáticas a causa de asesinatos, desplazamientos forzados y desapariciones. Hasta hoy, muchas siguen en busca de justicia y verdad. La violencia obligó a miles de personas a abandonar sus hogares y adaptarse a entornos desconocidos, enfrentando nuevas dificultades económicas y sociales.
Más allá del impacto psicológico y emocional, el tejido social se resquebrajó. En un contexto donde la supervivencia se tornó más agresiva, la desconfianza y el miedo limitaron la capacidad de organización de las familias.
A 45 años de estos hechos, las heridas emocionales siguen latentes. Los miedos y traumas han sido transferidos de generación en generación, alcanzando incluso a los más pequeños.
Bálsamo de Ternura: Un camino hacia la sanación
Desde 2020, la metodología Bálsamo de Ternura se implementa en el Centro de Salud Mental Comunitario Musuq Rickchay como una estrategia integral para fortalecer los derechos de la infancia y promover su desarrollo. Basada en cuatro pilares fundamentales —conectar, resignificar, trascender y darse en solidaridad— esta metodología busca transformar los entornos familiares en espacios donde la ternura y el respeto sean la base de la crianza y la convivencia.
Tras casi cinco años de implementación, se han fortalecido los lazos afectivos dentro de las familias y la comunidad, promoviendo una crianza basada en el amor, el respeto y el entendimiento mutuo. Se han logrado avances significativos en el bienestar emocional de niños y niñas, mientras que padres y cuidadores han adquirido herramientas para acompañar su crecimiento con ternura.
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Desde el año pasado, Bálsamo de Ternura se ha expandido a todos los Centros de Salud Mental Comunitarios de Ayacucho. Esta expansión ha permitido evidenciar un alto grado de involucramiento de las familias y comunidades, contribuyendo al desarrollo integral de la niñez y adolescencia en la región.
Transformando vidas desde la infancia
El trabajo con los más pequeños se ha centrado en actividades lúdicas y educativas que les han permitido explorar sus emociones, fortalecer su autoestima y mejorar la comunicación con sus familias.
Por su parte, padres y abuelos, tras vivir la experiencia de Bálsamo de Ternura, se han organizado en grupos para reflexionar sobre sus propias infancias, fortalecer la crianza afectiva y promover cambios positivos en la relación con sus hijos y nietos.
Uno de los aspectos más trascendentes ha sido la participación activa de las familias. A través de grupos organizados en WhatsApp, los cuidadores han recibido material educativo, compartido experiencias y reflexionado sobre sus prácticas de crianza. Este espacio no solo ha permitido la difusión de la metodología, sino que ha fomentado la creación de una comunidad de apoyo y aprendizaje.
Desde su implementación, Bálsamo de Ternura ha logrado en la región:
✅ Fortalecer los vínculos familiares y mejorar la comunicación entre padres e hijos.
✅ Sensibilizar a las familias sobre la importancia del amor y la ternura en la crianza.
✅ Crear espacios de confianza donde los niños y niñas puedan expresarse libremente.
✅ Capacitar a padres y abuelos en estrategias de crianza positiva.
✅ Integrar a los profesionales de los Centros de Salud Mental Comunitarios en esta experiencia transformadora.
El futuro de Bálsamo de Ternura
Esta metodología ha demostrado ser una herramienta efectiva para transformar la vida de la infancia, incluso en comunidades que han sufrido violencia colectiva. A través del juego, la educación emocional y el uso de plataformas digitales, se ha impactado positivamente a numerosas familias, promoviendo un entorno más seguro y afectivo para los niños y niñas.
El reto ahora es seguir implementando y aprendiendo del uso de Bálsamo de Ternura, llegando a más familias y comunidades, y consolidando su impacto en la protección de la infancia y el bienestar familiar.
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Abrazando la grandeza, conexión espiritual a través de la naturaleza
En este desafío y nueva aventura, los Centros de Salud Mental Comunitarios de Ayacucho reafirmamos nuestro compromiso.
Con lazos de ternura, con cuerdas de amor, los atraje hacia mí.
Oseas 11:4-6
