Escrito por: Gladis Rivera | Coord. Del Programa Espiritualidad, Protección y Educación en WV Nicaragua


 

Imaginar la vida de las niñas y los niños sin poder jugar, es como imaginar un arcoíris sin colores. Negar el derecho al juego a los niños es negarles su esencia, el ser niños. Si bien recordaremos, jugar- la inventiva de crear un sinfín de escenarios mágicos, espacios irreales, seres fantásticos y mucho más- fue el mecanismo con el cual un padre salva a su pequeño hijo para sobrevivir al holocausto nazi en la película italiana “La vida es bella”. En dichas escenas se recrea una demostración del amor paternal incondicional de un padre a su hijo para estimular y convertir un evento histórico de horror humano en un juego, mediante el cual el padre logra salvar la vida del protagonista infantil en este filme.

 

Jesús, un niño de 10 años originario de Tipitapa, amante de los deportes e integrado en un club de lectura, expresa que él halla en el juego una experiencia que le permite soñar, le provoca emoción y alegría por compartir con su hermano menor, con otros niños y niñas de su barrio y con sus compañeritos en el club de lectura:

 

“Es importante que los niños juguemos para proponernos algo en la vida, ser futbolista, por ejemplo. Lo que más me gusta es jugar fútbol. Tengo juguetes de carros y camioncitos, pero todos los días juego en la escuela y después ya hago otras cosas (deberes escolares o domésticos) en mi casa. Mi sueño es jugar en un campo grande con canchas que tengan mallas. En el club de lectura jugamos con las chimbombas (globos), si la dejamos caer tenemos que contestar preguntas sobre el respeto, el compañerismo y cosas así.

 

Cuando me dicen que no puedo jugar, veo los power rangers en la televisión, a veces eso me aburre, prefiero jugar un deporte, trompo, chibolas[1] o ajedrez. Siempre que juego mi mamá me cuida, me dice que tenga cuidado y en la escuela algunas veces nos cuida un maestro.”

 

Podríamos concebir el juego como toda acción lúdica, recreativa o de esparcimiento que realizan los niños y las niñas- mediante la cual crean escenarios o ambientes imaginarios-utilizando juguetes o similares-que les permite experimentar emociones como la diversión, felicidad, alegría, suspenso. Estas acciones les permiten usualmente identificarse dentro de un rol en particular, les permite decidir sus normas propias, les permite evolucionar en su desarrollo físico y emocional, les permite ser asertivos en sus gustos y preferencias, les permite socializar con sus pares sin prejuicios. El juego es un factor que potencia el desarrollo integral de los niños y niñas.

 

Hagamos un poco de historia: ¿Dónde surge el derecho de la niñez al juego?

A mediados del siglo pasado las normas de protección de la infancia surgen como un tema necesario de abordar en la agenda mundial debido al contexto de guerra en esa época. La Declaración de Ginebra sobre los Derechos del Niño en 1924 fue el primer recurso histórico que abogaba por cinco artículos para garantizar el bienestar de los niños- especialmente en condiciones de guerra- y la obligación de los Estados de protegerlos. El aporte de esta Declaración fue reconocer algunos de los derechos de la niñez como tal y no seguir considerándolos como meros actos de beneficencia o altruismo.

 

La Asamblea General de Naciones Unidas aprueba el 20 de noviembre de 1959 la Declaración de los Derechos del Niño de manera unánime por representantes de los 78 Estados miembros que componían en ese entonces la Asamblea. Esta declaración contempla y declara 10 principios sobre los derechos fundamentales de la niñez y es la primera que reconoce el derecho de los niños y niñas al juego, a la educación, a la atención de la salud y a tener un entorno que los proteja. En 1979 se declaró el Año Internacional del Niño, celebrando el vigésimo aniversario de esta Declaración.

 

En 1989, la Asamblea aprueba la Convención sobre los Derechos del Niño, reconociendo el protagonismo de los niños y niñas como sujetos de derechos. Este documento establece en 40 artículos los derechos fundamentales de la niñez y contempla unas normas esenciales para garantizar la protección de dichos derechos.

 

El Derecho al juego

Jugar, reír, soñar... Todos los niños tienen el derecho de seguir siendo niños durante toda su infancia. Por ello es muy importante que tengan tiempo y oportunidades para el ocio y las actividades culturales. El juego y el ocio en los niños y las niñas es un elemento fundamental de su desarrollo y su socialización y por eso están reconocidos como derechos. [2]

 

Los niños y niñas juegan por la razón más simple y natural que es el placer de jugar. Cuando un niño juega no lo hace con la intención de aprender o de adquirir determinadas habilidades, es decir, no persigue ningún fin ya que el juego es el fin en sí mismo. Lo increíble del juego en la infancia es que los niños no necesitan aprender a jugar ya que es algo innato, el juego es algo espontáneo, que surge de dentro del niño y que, a pesar de cualquier dificultad, buscará la manera de jugar.[3]

 

En este 01 de junio y todos los días, celebremos los derechos de los niños y las niñas, celebremos su derecho al juego, a seguir siendo infantiles, creativos, ingeniosos. Como adultos, contribuyamos a eliminar las barreras que están a nuestro alcance y que impiden o limitan este derecho. Involucrémonos en el juego y procuremos la ternura, la escucha y una relación afectiva. Juguemos promoviendo sus habilidades intelectuales o físicas, propiciemos juegos en un entorno natural que les permita ser más libres y espontáneos, acompañemos a recrear escenarios mágicos jugando a los dinosaurios o al astronauta, inventando recetas mágicas de cocina, dibujando y pintando al antojo, creando música con ollas y cucharas, motivémoslos a cantar alto y desafinado…no importa a lo que jueguen; al final el bienestar, la felicidad y la sonrisa de los niños y niñas debe ser el fin último de todo juego. ¡Qué sigan jugando!

Referencias

[1] Juego de mano, tradicional en Nicaragua, el cual consiste en que uno o varios jugadores chocan sus chibolas o canicas de cristal dentro de un área de suelo determinada, resultando ganador el jugador que golpea más chibolas, las cuales son parte del premio.

[2] Los derechos de los niños - UNICEF

[3] https://www.ceac.es/blog/la-importancia-del-juego-en-psicologia-infantil