Joselin Rivera, Especialista de Fe y Desarrollo para World Vision República Dominicana destaca en este artículo la importancia de acompañar a nuestros hijos con ternura para que puedan crecer de manera integral y desarrollar su potencial. Reconoce que es difícil encontrar el equilibrio entre la cercanía y la distancia en el proceso de crianza, evitando la sobreprotección.

 

Además de enfatizar que el Acompañar desde el corazón implica crear relaciones significativas, estar presentes en sus vidas y aprender a escuchar con ternura. También se mencionan siete factores determinantes en el acompañamiento desde el corazón, como el amor incondicional, evitar la violencia, brindar confianza, apoyar sus intereses y talentos, permitirles resolver sus problemas y admitir nuestros errores. El objetivo es formar a los hijos de manera sensible, tierna y justa, fomentando su resiliencia y animándolos a descubrir su identidad y propósito. Al tomar en cuenta estos factores, se puede comenzar el camino del "corazonar" en el acompañamiento de los hijos.

 

Como padre, madre o tutores una de las capacidades más difíciles de adquirir es poder acompañar con ternura a nuestros hijos e hijas de la manera mas conveniente para que lleguen a crecer de manera integral y poder desarrollar todo el potencial que Dios le ha dado.

 

Decimos que es una de las capacidades más difíciles porque necesitamos tener discernimiento para poder identificar cuando es necesario acompañar desde la cercanía y cuando es necesario acompañar desde la distancia. Porque muchas veces, en nuestro contexto de América Latina y el Caribe, acompañar es sinónimo de sobreproteger, no reconociendo que nuestros Niños, Niñas y Adolescentes (NNA) son personas legítimas y que necesitan su espacio para crecer.

 

Cuando la sobreprotección se convierte en nuestro modelo de crianza eliminamos la capacidad de nuestros NNAs y ponemos obstáculos para su proceso de maduración. Es importante saber que al inicio de sus vidas requieren un acompañamiento muy cercano y que a lo largoque va pasando el tiempo cada vez son mas capaces de ir asumiendo mayores niveles de libertad, sabiendo que esto implica mayores niveles deresponsabilidad.

 

Acompañar desde el corazón significa crear relaciones significativas y que permanezcan a través del tiempo. Teniendo siempre muy en cuenta que estamos influenciando sus vidas y que una de nuestras principales responsabilidades es estar presente en todas las situaciones que les toquen vivir.

 

Para poder realizar el acompañamiento oportuno se hace imprescindible aprender a escuchar y a decir con Ternura. Con frecuencia, como padre, madre o tutores, asumimos que sabemos lo que más les conveniente a nuestros hijos e hijas y nos cerramos a escuchar sus voces, lo que puede conducirnos a lamentables consecuencias.

 

En el acompañamiento durante su proceso de transformación es sumamente necesario que podamos animarlo a descubrir su identidad como hijos e hijas de Dios y los talentos que le han sido otorgado de parte del Señor.

 

Por otro lado, nunca debemos olvidar que por más que querramos proteger a nuestros hijos e hijas de las muchas adversidades que les podrá presentar la vida no lo lograremos. De ahí la importancia de que lo podamos formar para que puedan ser resilientes y seguir hacia delante cuando tengan que enfrentar las pruebas y fracasos que tendrán durante su vida. Siempre hará riesgos, posibilidades de fracaso y sufrimiento, por ello debemos darle el ánimo que necesitan para continuar a pesar de las dificultades. Debemos pedirle a Dios un corazón sensible, receptivo, tierno y capaz de estar presente para nuestros hijos e hijas aun en las circunstancias mas terrible que le presente la vida.

 

A continuación, quiero mencionar 7 factores determinante en el acompañamiento desde el corazón a nuestros hijos e hijas:

  1. Amor incondicional.
  2. No empleo ningún tipo de violencia o trato humillante
  3. Confianza
  4. Apoyo sus interés y talentos
  5. Dejo que resuelva la mayoría de sus propios problemas de acuerdo a su edad
  6. Cuando cometo un error, lo admito
  7. Me deleito en su singularidad

Amor Incondicional: Nuestro amor hacia ellos no esta condicionado a su desempeño en ninguna de las áreas de sus vidas. No depende de su obediencia ni de la capacidad de satisfacer nuestras peticiones ni aspiraciones. Es un amor inquebrantable y ellos saben que siempre pueden contar con él.

No empleo de ningún tipo de violencia o trato humillante: prevalece la escucha y el decir con ternura, siendo el establecimiento de acuerdos la base para formarlo como un ser humano sensible, tierno y justo.

 

Confianza: Como padre, madre o cuidadores nuestra relación con los NNAs siempre debe estar basada en la confianza en sus capacidades, sabiendo que esto implica que no nos imponemos, mas bien orientamos y guiamos por un sendero que le permita desarrollarse de manera proactiva e interdependiente.

 

Apoyo sus interés y talentos: Los acompaño a descubrir sus interés, dones y talentos que Dios ha depositado en ellos, de manera tal que puedandesarrollar al máximo sus potencialidades. Al mismo tiempo que les impulso a descubrir su propósito y sus sueños para que puedan ser felices realizando la misión para la cual Dios lo ha creado.

Dejo que resuelva la mayoría de sus propios problemas de acuerdo a su edad: en otras palabras, evito la tentación de continuar tratándolos como niñas y niños pequeños, cuando ya no lo son y pueden caminar por si mismos. Porque en la medida que crecer debe ir alcanzando libertad, a la par de responsabilidad.

 

Cuando cometo un error, lo admito: En este caso lo primero que debemos saber es que el proceso de crianza es un camino de doble vía: el aprendizaje en el mismo es mutuo. Esto es determinante para poder reconocer que en muchas ocasiones vamos a equivocarnos e incluso vamos acometer errores y en esos casos, desde la Ternura, es imperativo que estemos en la disposición de reconocer cuando esto pasa y que seamos los suficientemente humildes para reconocer nuestra humanidad y pedir perdón. Les garantizo que este comportamiento en lugar de dejarnos mal parados frente a nuestros hijas e hijos mejorara la imagen que tienen de nosotros y, sobre todo, lo más importante, ellos también aprenderán hacer lo mismo.

 

Finalmente, les aseguro que si tomamos en cuentas estos 7 factores estaremos comenzando el camino de Corazonar en el Acompañamiento.

Es mi oración que Dios nos permita ser un padre, madre o tutor que tenga la actitud y la capacidad de acompañar a nuestros hijos e hijas desde nuestro tierno corazón.