Celebrando la Naturaleza desde la Ternura
Desde el momento de nacer toda vida humana necesita del cuidado de otro, sea ajeno o próximo no podríamos sobrevivir sin otra persona. Somos seres dependientes de otros, dependemos de su reconocimiento, de sus cuidados, de sus muestras de afecto, de su ternura.
El cuidado y la ternura están íntimamente relacionados, ambos son parte fundamental del ser humano, como una necesidad básica, sin la cual la persona no llegaría a vivir su humanidad en plenitud. En esta relación entre ternura y cuidado se entrelaza el amor hacia uno mismo, hacia las otras y otros y hacia el entorno que nos rodea (Ecoternura).
Lo que nos da la existencia es el sentir no el pensar, una existencia que requiere de un cuidado no como sensiblería sino como vigor.
A través de la ternura, el cuidado puede ofrecerse con una generosidad y sensibilidad mayor, con todo el vigor que ella lleva dentro y brota de sí al preocuparse, anticiparse y sentirse afectada por el descuido, por el desamor, por la dureza de corazón y la barbarie.
La Ecoternura implica un compromiso que brota de un vínculo de amor por lo que se cuida. Se desarrolla a través de la celebración de la naturaleza como creación divina. Explorar cómo dedicar tiempo a interactuar con la naturaleza de manera lúdica no solo proporciona alegría y diversión, sino que también fortalece el vínculo fraternal entre las niñas y niños y la naturaleza. Desde crear arte con elementos naturales hasta bailar bajo la lluvia en un acto de gratitud, examinar cómo estas experiencias ayudan a las niñas y niños descubrir en la naturaleza un amigo que les acompaña en la vida. También fomentar un profundo respeto por la belleza, diversidad y vitalidad de la naturaleza
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Permite a las niñas y niños, dedicar tiempo para construir un vínculo de amistad con la naturaleza. Jugando nos convertimos en amigos de la naturaleza. Crear arte con elementos naturales y expresar nuestra gratitud. Bailar bajo la lluvia para celebrar la bendición del agua. Preparar un picnic con alimentos orgánicos y disfrutarlo al aire libre. Correr libremente sobre los pastos.
Establecer una relación de ternura con la naturaleza permitirá establecer una cohesión social y natural mucho más rica. Son múltiples los beneficios que nos aporta estar en la naturaleza. Actualmente, avanzamos hacia un nuevo modelo de salud, la planetaria, en el que sociedad y naturaleza son solo uno.
Las evidencias científicas son cada vez más numerosas y diversas, e incluyen experiencias de contacto con los animales, las plantas e inmersiones en la naturaleza.
🌿 Disminuye la mortalidad global.
🌿 Aumenta la felicidad y sensación de bienestar.
🌿 Aumenta la sociabilidad.
🌿 Reduce las conductas agresivas, la hiperactividad y mejora la atención.
🌿 Reduce la ansiedad y depresión.
🌿 Reduce el estrés y marcadores de inflamación.
🌿 Mejora el sueño.
🌿 Mejora el neurodesarrollo motor (coordinación / equilibrio) y cognitivo.
🌿 Mejora el rendimiento escolar.
🌿 Disminuye el consumo de alcohol y otras drogas.
🌿 Mejora los resultados reproductivos y el peso del recién nacido.
🌿 Disminuye la obesidad.
🌿 Disminuye el riesgo de diabetes.
🌿 Mejora las habilidades motoras, sociales y de conectividad en los niños con trastornos del neurodesarrollo: trastornos del espectro alcohólico fetal
(TEAF), TEA, etc.
🌿 Mejora la calidad de vida relacionada con la salud en los supervivientes de cáncer infantojuvenil.
🌿 Mejora el control del dolor agudo y crónico.
🌿 Reduce las visitas al médico y el consumo de fármacos.
La falta de contacto con la naturaleza impulsa el sedentarismo y es tan antinatural que actúa como un factor clave en el incremento de la obesidad, enfermedades respiratorias y cardiovasculares, trastornos de la conducta, comportamiento, atención, empeoramiento de las enfermedades crónicas, etc.
Por: Jorge Kolle, Experto en Protección y Participación de la Niñez para World Vision Costa Bolivia.
