Por Fredy Fernando Rodríguez Canales
Doctor en Psicología y Licenciado en Educación.
Servidor en la Dirección Regional de Salud Huancavelica – Perú.
Docente de posgrado en salud y educación en universidades peruanas.
En una sociedad marcada por desigualdades, heridas sociales y exclusión, la ternura se manifiesta como una dimensión afectiva que puede transformar realidades al fortalecer, renovar y reconstruir la dignidad de las personas, las familias, las comunidades y sus instituciones.
Independientemente de la condición económica o étnica, la ternura se expresa en la crianza, la relación de pareja, la valoración de los semejantes, el respeto por los seres vivos y una conexión armoniosa con la naturaleza.
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En las sociedades rurales andinas, donde los vínculos están marcados por pobreza, desigualdad, injusticia y exclusión social, la ternura debe ser un concepto clave y una práctica cotidiana. No es solo una expresión de sentimientos, sino una fuerza de resistencia y construcción que ayuda a enfrentar la adversidad y el sufrimiento emocional. Además, actúa como un antídoto frente a riesgos psicosociales como la baja autoestima, el fatalismo, la desconfianza social y el maltrato. Las estrategias y políticas públicas deben incluir acciones que promuevan el ejercicio de la ternura en instituciones educativas, de salud y sociales.
Un apego seguro, expresado mediante la ternura, permite que padres, educadores y cuidadores comprendan que cada niño es único y tiene derecho a ser aceptado, reconocido y valorado. Esta aplicación puede implementarse en cinco campos:
Practicar la ternura implica reconocer los derechos socioemocionales de niños, niñas y adolescentes (NNA), minimizando patrones adultocéntricos y patriarcales que ven la afectividad como debilidad. Las estrategias incluyen:
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La ternura en entornos comunitarios fomenta relaciones basadas en respeto, empatía y solidaridad. Estrategias:
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Una “pedagogía de la ternura” promueve relaciones de confianza y seguridad, transformando la enseñanza en un proceso más humano y comprensivo:
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Aplicar la ternura para sensibilizar implica conectar emocionalmente para cambiar actitudes hacia los NNA:
La psicoterapia basada en ternura utiliza el apego, el afecto y el amor como remedios para el sufrimiento emocional. Este modelo, conocido como “Bálsamo de Ternura”, busca sanar traumas infantiles mediante encuentros sistemáticos que faciliten la conexión, resignificación, trascendencia y solidaridad. Su aplicación es vital en servicios de salud mental comunitaria.
Premisas del modelo psicoterapéutico:
La ternura también debe aplicarse preventivamente con cuidadores y educadores, bajo la premisa de que nadie puede dar lo que no posee.
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En los contextos de pobreza y exclusión, especialmente en las comunidades andinas, la ternura es una herramienta poderosa para transformar relaciones, fortalecer la resiliencia y sanar heridas emocionales. Implementar su práctica en el hogar, la escuela, la comunidad y los servicios de salud es fundamental para construir una sociedad más humana y solidaria.
Referencias
https://doi.org/10.52936/p.v3i1.45